jueves, 3 de octubre de 2013

Proposición Con Punto De Acuerdo En Relación A La Conmemoración Del Día Internacional De Las Personas De Edad

Estos son los documenetos que fueron presentados el día de hoy jueves 3 de octubre.

(Cabe mencionar que por acuerdo de la Mesa Directiva, los puntos de acuerdo fueron presentados en una sola intervención desde el escaño, esto con el fin de agilizar los trabajos legislativo)

 Discurso


El 14 de diciembre de 1990 la Asamblea General de las Naciones Unidas designó el 1º de octubre como Día Internacional de las Personas de Edad, el cual se conmemora anualmente y tiene como objetivo reconocer la contribución de las personas adultas mayores al desarrollo económico y social, así como resaltar las oportunidades y los retos asociados al envejecimiento demográfico.



Las personas adultas mayores se enfrentan a diversas problemáticas en virtud de su especial condición y por las barreras sociales, tales como discapacidad, falta de oportunidades laborales y carencia de servicios de salud entre otros.



Por ejemplo, el tema de discapacidad se plantea como una condición de vida más latente de presentarse en el futuro. Ello debido, por un lado, a que la población está envejeciendo y el riesgo de adquirir alguna discapacidad se incrementa y, por el otro, a que el aumento mundial de enfermedades crónico degenerativas pueden derivar en una alta probabilidad de ocasionar alguna discapacidad.

En el ámbito laboral, de acuerdo con la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE), durante el segundo trimestre de 2012 la tasa de participación económica de la población de 60 años y más es de 34.9 por ciento y su comportamiento por edad y sexo indica que disminuye conforme avanza la edad.



En el tema de pobreza de acuerdo con el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (CONEVAL), en 2010 se estimó que 1.3 millones de personas adultas mayores se encuentran en pobreza multidimensional.



En el plano internacional, la perspectiva de velar y proteger los derechos de las personas adultas mayores a través de instrumentos, normas y lineamientos no es el óptimo, contrario a lo que acontece con otros grupos considerados en situación de vulnerabilidad como niñas y niños, personas con discapacidad o mujeres víctimas de trata y violencia, en el caso de las personas adultas mayores sólo existen algunas conferencias que mencionan una serie de principios y lineamientos sobre la perspectiva de las políticas públicas y su debida atención, documentos que no son vinculantes y su obligatoriedad y fuerza se basa en el aspecto moral y político de los Estados.



Senadoras y Senadores:



En el marco del Día Internacional de las Personas de Edad cuyo tema es “El futuro que queremos: lo que dicen las personas mayores” y en virtud de las situaciones actuales que enfrentan, estamos convencidos de que México debe seguir a la vanguardia impulsando la creación de importantes tratados sobre Derechos Humanos en materia de personas adultas mayores, que los ubiquen como sujetos de derechos y con ello dejar de formar parte del concepto de grupos vulnerables, resultando vital tomar en cuenta la diversidad que existe dentro de este grupo para legislarlo y no cometer el error de considerarlo homogéneo.



Por ello, consideramos necesaria la creación de una Convención amplia e integral que además de establecer medidas tendientes a la protección de los derechos de las personas adultas mayores, dicte como algunos de sus principios: la independencia, atención, dignidad y participación e integre las directrices internacionales en materia de envejecimiento mediante una política basada en la creación de un entorno económico, político, social, cultural y jurídico para las personas adultas mayores, fomentando su autorrealización.



Es por lo anteriormente expuesto que me permito invitarlos a sumarse a este Punto de Acuerdo que tiene como finalidad exhortar respetuosamente al Ejecutivo Federal para que analice la pertinencia de solicitar y promover ante la Organización de las Naciones Unidas (ONU) la elaboración de una Convención amplia e integral en materia de derechos humanos a favor de las personas adultas mayores.



Por su atención, muchas gracias.



Proposición 

SEN. RAUL CERVANTES ANDRADE
PRESIDENTE DE LA MESA DIRECTIVA
SENADO DE LA REPÚBLICA
P R E S E N T E


HILDA ESTHELA FLORES ESCALERA, Senadora de la República de la LXII Legislatura al Congreso de la Unión e integrante del Grupo Parlamentario del Partido Revolucionario Institucional, con fundamento en lo dispuesto en el numeral 1, fracción II, del artículo 8, 276 y demás aplicables del Reglamento del Senado de la República, presento ante esta Soberanía una Proposición con Punto de Acuerdo al tenor de las siguientes:


CONSIDERACIONES:

1. El 14 de diciembre de 1990 la Asamblea General de las Naciones Unidas designó el 1º de octubre como Día Internacional de las Personas de Edad, en seguimiento a las iniciativas tales como el Plan de Acción Internacional de Viena sobre el Envejecimiento, aprobado por la Asamblea Mundial sobre el Envejecimiento celebrada en 1982 y respaldado, el mismo año, por la Asamblea General de las Naciones Unidas, el cual se conmemora anualmente y tiene como objetivo reconocer la contribución de las personas adultas mayores al desarrollo económico y social, así como resaltar las oportunidades y los retos asociados al envejecimiento demográfico.

Durante los últimos 10 años, el envejecimiento de la población ha conducido a la introducción de nuevas políticas y programas en las que el sector social ha ocupado un lugar central.
Envejecimiento Demográfico
El Fondo de Población de Naciones Unidas (UNFPA, por sus siglas en inglés) comenta que a partir de 1950 se inicia un crecimiento acelerado de la población mundial “provocado principalmente por una reducción de la mortalidad en las regiones menos adelantadas”;  en este sentido, se observa que el monto de la población aumentó entre 1950 y 2011 de 2.5 a 7 mil millones de personas, lo que en términos porcentuales significa un crecimiento anual de 1.66 por ciento[1]
De acuerdo con la UNFPA, en 2011, 11.2 por ciento de la población mundial tiene 60 años o más, mientras que en las regiones más desarrolladas alcanza hasta un 22.1%, aspecto que contrasta con la proporción de adultos mayores (8.9%) que residen en la regiones menos desarrolladas.


2. El envejecimiento es un proceso que marca la pérdida gradual en las capacidades motrices y cognoscitivas de la persona y en función de estas pérdidas es que se estructuran diversas etapas de desarrollo al interior de la vejez.

Ante ello, en la Conferencia Regional Intergubernamental sobre Envejecimiento de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) se plantea la necesidad de mejorar la atención e infraestructura de la seguridad social (tanto en el ámbito de las pensiones como de salud); combatir la pobreza y la desigualdad; velar porque ningún adulto mayor experimente discriminación en el trabajo; que no sean víctimas de violencia y que sus redes familiares provean los satisfactores necesarios para que no padezcan de carencia alguna. En general, se debe mejorar la capacidad institucional para garantizar los derechos de los adultos mayores.[2]

Como respuesta a lo anterior, muchos gobiernos en las economías desarrolladas y en desarrollo han diseñado a modo experimental políticas innovadoras relacionadas con los sistemas de salud, seguridad social o bienestar.

También, han empezado a aparecer medidas legislativas referidas a las personas de edad en ámbitos tan dispares como códigos de construcción, otorgamiento de licencias y supervisión de centros de atención y cursos de formación profesional.

Sin embargo, muchas de estas medidas son soluciones a corto plazo que no resuelven el fondo del problema, pues en realidad se requiere establecer una política proteja de manera integral y garantice el cumplimento de los derechos de las personas adultas mayores, el respeto a su dignidad humana, más aún si se contempla que la magnitud del problema será mucho mayor en el mediano y largo plazos.


3. Las personas adultas mayores se enfrentan a diversas problemáticas, en virtud de su especial condición y por las barreras sociales, tales como discapacidad, falta de oportunidades laborales, carencia de servicios de salud entre otros.

Por ejemplo, la discapacidad se plantea como una condición de vida más latente de presentarse en el futuro. Ello debido, por un lado, a que la población está envejeciendo y el riesgo de adquirir alguna discapacidad se incrementa y, por el otro, a que el aumento mundial de enfermedades crónico degenerativas (como la diabetes, las enfermedades cardiovasculares, el cáncer y los trastornos de salud mental), pueden derivar en una alta probabilidad de ocasionar alguna discapacidad.

En México, el Censo de 2010 del Instituto Nacional de Estadística y Geografía señala que del total de población de 60 a 84 años, el 23.8 por ciento tiene discapacidad, mientras que entre la población de 85 años y más el porcentaje se incrementa significativamente, de modo que tres de cada cinco personas de este grupo de edad registra esta condición (58.7 por ciento).[3]

Por otro lado, en el ámbito laboral hay personas adultas mayores que aún se insertan en el mercado laboral por una decisión voluntaria asociada con el deseo de seguir realizándose como persona, en tanto que otros están sujetos a la necesidad de un ingreso suficiente, ya sea por falta de prestaciones sociales o porque los montos en las jubilaciones y pensiones son reducidas.

De acuerdo con la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE), durante el segundo trimestre de 2012 la tasa de participación económica de la población de 60 años y más es de 34.9 por ciento y su comportamiento por edad y sexo indica que disminuye conforme avanza la edad.[4]

En el tema de pobreza de acuerdo con la medición multidimensional de la pobreza en México realizada por el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (CONEVAL) en 2010, se estimó que 5.2 millones de adultos de 60 y más años se encontraban en situación de vulnerabilidad respecto a algún factor de pobreza, lo que equivale al 46.7 por ciento de este grupo poblacional.

Asimismo, según la intensidad y profundidad de la pobreza multidimensional,  el CONEVAL estimó que en 2010, 11.3 por ciento de los adultos de 60 años y más se encuentra en pobreza multidimensional extrema; es decir, 1.3 millones de adultos mayores pertenecen a hogares que aun al hacer uso de todo su ingreso en la compra de alimentos, no puede adquirir lo indispensable para tener una nutrición adecuada y presentan al menos tres carencias sociales de las seis incluidas en el cálculo del Índice de privación social.[5]

4. En el plano internacional, la perspectiva de velar y proteger los derechos de las personas adultas mayores a través de instrumentos, normas y lineamientos no es el óptimo. Ciertamente, contrario a lo que acontece con otros grupos considerados especiales o en situación de vulnerabilidad como niñas y niños, personas con discapacidad, indígenas o mujeres víctimas de trata y violencia, en el caso de las personas adultas mayores sólo existen algunas conferencias que mencionan una serie de principios y lineamientos sobre la perspectiva de las políticas públicas y su debida atención, documentos que no son vinculantes y su obligatoriedad y fuerza se basa más en el aspecto moral y político de los Estados.
Actualmente se cuenta con importantes instrumentos jurídicos en torno a la protección de los derechos humanos; por ejemplo, la Convención sobre los Derechos del Niño es sin duda el tratado internacional más importante, aunque también destacan el Convenio de la Haya sobre la Protección de los Niños y la Cooperación en Materia de Adopción Internacional; la Convención de la Haya sobre los Aspectos Civiles del Secuestro Internacional de Niños; la Convención de la Haya sobre Jurisdicción, el Derecho Aplicable, el Reconocimiento, la Ejecución y la Cooperación en materia de Responsabilidad Parental y Medidas para la Protección de los Niños, así como la Convención sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad por mencionar algunos.
Tratándose del respeto de las personas adultas mayores, los esfuerzos más significativos sobre la perspectiva de derechos humanos datan en principio en el Plan de Acción Internacional de Viena sobre el Envejecimiento, aprobado en la Asamblea Mundial sobre el Envejecimiento, celebrada en 1982.
Asimismo, tenemos, Los Principios de las Naciones Unidas en favor de las Personas de Edad, aprobados en 1991, los Objetivos mundiales sobre el envejecimiento para el año 2001, fijados en 1992, y la proclamación sobre el Envejecimiento, de ese mismo año, siguieron fomentando la concienciación internacional sobre las necesidades esenciales para el bienestar de las personas de edad.[6]
Otro de los instrumentos relevantes es el Plan de Acción Internacional de Madrid que incluye diversas cuestiones de manera muy general: la igualdad de oportunidades laborales para todas las personas de edad, programas que permitan a todos los trabajadores adquirir protección y seguridad sociales, incluidos, en su caso, pensiones, seguros por discapacidad y prestaciones sanitarias así como ingresos mínimos suficientes para todas las personas de edad, con particular atención a los grupos desfavorecidos desde el punto de vista social y económico.
Igualmente, contempla la importancia de la formación continua, la orientación profesional y los servicios de contratación entre otras cosas para mantener una capacidad funcional máxima y mejorar el reconocimiento público de la productividad y las contribuciones de las personas de edad.

5. Los referidos instrumentos internacionales de derechos humanos contienen numerosas obligaciones implícitas para con las personas de edad, aunque carecen de disposiciones concretas centradas en ellos.

En ese sentido, se considera necesaria la creación de un marco jurídico internacional que sea susceptible de vinculación con el fin de que la comunidad internacional, los gobiernos de los países y en general la sociedad; resguarde, proteja y respete los derechos humanos de las personas adultas mayores bajo una serie de lineamientos y principios que rijan a favor de este tan importante sector de población.

Así, en el marco del Día Internacional de las Personas de Edad cuyo tema es “El futuro que queremos: lo que dicen las personas mayores” y en virtud de las situaciones actuales que enfrentan, estamos convencidos de que México debe seguir a la vanguardia impulsando la creación de importantes tratados sobre Derechos Humanos en materia de personas adultas mayores, que los ubiquen como sujetos de las políticas públicas y de derechos como estrategia para dejar de formar parte del concepto de grupos vulnerables, ante lo cual es trascendente poder reconocer las diferencias existentes de este grupo social con otro y las necesidades específicas a ser cubiertas; aclarando que es vital tomar en cuenta la diversidad que existe dentro de este grupo para legislarlo y no cometer el error de considerarlo como homogéneo.
Por todo ello, consideramos necesaria la creación de una Convención amplia e integral que además de establecer medidas tendientes a la protección de los derechos de las personas adultas mayores, dicte como algunos de sus principios: la independencia, atención, autorrealización, dignidad y participación.
Una Convención que integre y respete las directrices internacionales en materia de envejecimiento mediante una política basada en la creación de un entorno económico, político, social, cultural y jurídico para las personas adultas mayores que fomente su autorrealización.
Por lo anteriormente descrito, y con fundamento en lo dispuesto en las disposiciones señaladas, someto a consideración el siguiente:

PUNTO DE ACUERDO:


UNICO.- La Cámara de Senadores del H. Congreso de la Unión exhorta respetuosamente al Ejecutivo Federal para que analice la pertinencia de solicitar y promover ante la Organización de las Naciones Unidas (ONU) la elaboración de una Convención amplia e integral en materia de derechos humanos de las personas adultas mayores.

Salón de Sesiones de la Cámara de Senadores a 3 de octubre de 2013.

SENADORA HILDA ESTHELA FLORES ESCALERA.


[1] Fondo de Población de Naciones Unidas (UNFPA). Estado Mundial de la población 2011. 
[2] CEPAL. Estrategia regional de implementación para América Latina y el Caribe del plan de acción internacional de Madrid sobre el envejecimiento.
http://www.eclac.org/cgibin/getProd.asp?xml=/publicaciones/xml/8/19608/P19608.xml&xsl=/celade/tpl/p9f.xsl&base=/celade/tpl/top-bottom.xsl
[3] Organización Mundial de la Salud [OMS], Banco Mundial [BM] (2011). Resumen. Informe mundial sobre la discapacidad.
 http://www.who.int/disabilities/world_report/2011/summary_es.pdf,
[4]   INEGI. Los adultos mayores en México. Perfil sociodemográfico al inicio del siglo XXI.
[5] INEGI, MCS-ENIGH 2010, Con base en la metodología del CONEVAL sobre el cálculo multidimensional de la pobreza en México
[6] ONU. Normativas relativas a los derechos de las Personas de Edad.



Boletín


Senadora Hilda Esthela Flores Escalera
BOLETÍN RESPECTO DE LA PROPOSICIÓN CON PUNTO DE ACUERDO EN RELACIÓN A LA CONMEMORACIÓN DEL DÍA INTERNACIONAL DE LAS PERSONAS DE EDAD.
México, D. F., a 3 de octubre de 2013.

La Senadora del Partido Revolucionario Institucional Hilda Flores Escalera presentó en el Senado de la República un Punto de Acuerdo en el que exhorta respetuosamente al ejecutivo federal para que analice la pertinencia de solicitar y promover la elaboración de una convención amplia e integral en la materia de los derechos humanos de las personas adultas mayores.
La legisladora mencionó que en el tema de pobreza de acuerdo con la medición multidimensional de la pobreza en México realizada por el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (CONEVAL) en 2010 se estimó que 11.3 por ciento de los adultos de 60 años y más se encuentra en pobreza multidimensional extrema; es decir, 1.3 millones de adultos mayores pertenecen a hogares que aun al hacer uso de todo su ingreso en la compra de alimentos, no puede adquirir lo indispensable para tener una nutrición adecuada y presentan al menos tres carencias sociales de las seis incluidas en el cálculo del Índice de privación social.
Al mismo tiempo hizo alusión a que en el ámbito laboral, de acuerdo con la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE), durante el segundo trimestre de 2012 la tasa de participación económica de la población de 60 años y más es de 34.9 por ciento y su comportamiento por edad y sexo indica que disminuye conforme avanza la edad.
La Presidenta de la Comisión de Atención a Grupos Vulnerables en el Senado de la República expresó la perspectiva de velar y proteger los derechos de las personas adultas mayores a través de instrumentos, normas y lineamientos no es nada alentador.
De acuerdo a las cifras presentadas en el Censo del 2010 realizado por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía, el total de personas de 60 años y más es de 10.1 millones lo que representa 9% de la población total.
La Senadora destacó que México debe seguir a la vanguardia impulsando la creación de importantes tratados sobre Derechos Humanos en materia de personas adultas mayores, que los ubiquen como sujetos de las políticas públicas y de derechos como estrategia para dejar de formar parte del concepto de grupos vulnerables, ante lo cual es trascendente poder reconocer las diferencias existentes de este grupo social con otro y las necesidades específicas a ser cubiertas; aclarando que es vital tomar en cuenta la diversidad que existe dentro de este grupo para legislarlo y no cometer el error de considerarlo como homogéneo.
Finalmente subrayó, es necesaria la creación de una Convención amplia e integral que además de establecer medidas tendientes a la protección de los derechos de las personas adultas mayores, dicte como algunos de sus principios: la independencia, atención, autorrealización, dignidad y participación que integre y respete las directrices internacionales en materia de envejecimiento mediante una política basada en la creación de un entorno económico, político, social, cultural y jurídico para las personas adultas mayores, fomentando su autorrealización.

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