· Senador Jorge Luis Preciado, Coordinador del Grupo
Parlamentario del Partido Acción Nacional.
· Ministra Olga Sánchez
Cordero, Ministra de la Suprema Corte de Justicia de la Nación.
· Senadora Martha Elena
García Gómez, Presidenta de la Comisión Especial de los Derechos de la Niñez y
de la Adolescencia.
· Senadora Angélica de la
Peña, Secretaria de la Comisión Especial de los Derechos de la Niñez y de la
Adolescencia.
· Senadora Lucero Saldaña
Pérez, Secretaria de la Comisión Especial de los Derechos de la Niñez y de la
Adolescencia.
· Amigas y amigos que nos
acompañan
Muy
buenos días.
La Convención sobre los
Derechos del Niño señala en su preámbulo que la familia es el grupo fundamental
de la sociedad y medio natural para el crecimiento y bienestar de todos sus
miembros, en particular de la niñez, por lo que debe recibir la protección y
asistencia necesarias para poder asumir plenamente sus responsabilidades dentro
de la comunidad, reconociendo que niñas, niños y adolescentes para su
armonioso
desarrollo, debe crecer en el seno de la familia, en un ambiente de felicidad,
amor y comprensión.
Así, de acuerdo con
el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF), la familia debe constituirse
como la primera línea de protección de la infancia.
El valor de la
familia y su reconocimiento como derecho humano y elemento indispensable de la
sociedad tiene su antecedente desde la Declaración Universal de los Derechos
Humanos aprobada el 10 de diciembre de 1948 por la Asamblea General de las
Naciones Unidas, que estableció en el tercer inciso de su artículo 16 a la
familia como el elemento natural y fundamental de la sociedad”.
Sin embargo, de
acuerdo con UNICEF, nos encontramos con situaciones deleznables que desvirtúan
el origen y finalidad de la familia como institución, agravando los alcances de
hechos lamentables que se presentan en el seno familiar.
Por ejemplo, todos
los años 275 millones de niñas y niños a nivel mundial sufren a causa de la
violencia doméstica intrafamiliar que conlleva abuso físico y psicológico,
abandono o negligencia, explotación y abuso sexual.
Asimismo, de
acuerdo con cifras de la Consejo Nacional de la Población (CONAPO) en México
hay 30.2 millones de hogares familiares de los cuales el 22 por ciento han
vivido una separación o divorcio.
Estas cifras dan un
escenario sobre las diversas situaciones que viven las familias en la actualidad
que a su vez y en gran proporción, influyen en el origen de las causas que
afectan seriamente al tejido social.
La familia se ha
ubicado como la célula básica de las sociedades. Ello, de acuerdo con antropólogos
y sociólogos quienes afirman que es tan antiguo como la humanidad.
Hoy se puede
afirmar que la familia es el espacio primario de la responsabilidad social a
quien le compete comunicar, trasmitir y desarrollar los valores morales e
intelectuales para la formación y perfeccionamiento de la persona y finalmente
de la sociedad, erigiéndose sin duda, en el cauce principal y más efectivo de
la solidaridad entre generaciones.
Por ello, quienes
conformamos el Estado Mexicano tenemos como función esencial hacer lo posible para
coadyuvar con el cumplimiento de la misión propia de las familias y con ello,
además de cumplir cabalmente con el derecho a la familia que tienen niñas,
niños y adolescentes, proporcionarles un entorno adecuado para su desarrollo
que se traducirá en un fortalecimiento social a favor de México.
Por su atención,
muchas gracias.
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