miércoles, 21 de mayo de 2014

Iniciativa con proyecto de decreto por el que se reforma la Fracción III del Artículo 112 de la Ley General de Salud.






SEN. RAÚL CERVANTES ANDRADE
PRESIDENTE DE LA MESA DIRECTIVA
DE  LA  COMISIÓN PERMANENTE  DEL
H. CONGRESO DE LA UNIÓN
P R E S E N T E



HILDA ESTHELA FLORES ESCALERA, integrante del Grupo Parlamentario del Partido Revolucionario Institucional en la LXII Legislatura, con fundamento en lo dispuesto en los artículos 71, fracción II, de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos; 8, numeral 1 fracción I y 164, numeral 2 del Reglamento del Senado de la República, presento ante esta Soberanía, una iniciativa con proyecto de decreto para modificar la fracción III del artículo 112 de la Ley General de Salud, en materia de educación para la salud para la detección y control de enfermedades cardiovasculares, al tenor de la siguiente:
                                                                      
EXPOSICIÓN DE MOTIVOS

Las enfermedades cardiovasculares pueden describirse de forma general como afecciones del aparato circulatorio, destacando de entre ellas la enfermedad isquémica del corazón, la enfermedad cerebrovascular y la enfermedad hipertensiva entre otras.[1] Estos padecimientos son importantes causas de discapacidad, morbilidad y muerte prematuras, además de impactar considerablemente en las finanzas de las naciones, pacientes y de sus familias.



La Organización Mundial de la Salud (OMS) reporta que en el mundo las enfermedades cardiovasculares son responsables de aproximadamente 17 millones de muertes por año, casi un tercio del total. Entre ellas, las complicaciones de la hipertensión causan anualmente 9.4 millones de muertes.[2]
En México representan la primera causa de muerte, cómo lo reportó el INEGI en el año 2012, donde se reportaron un total de 602 mil 354 muertes, de las cuales  144 mil 798 defunciones fueron a consecuencia de una enfermedad circulatoria (clasificación CIE10).
Dentro de las enfermedades cardiovasculares, la hipertensión es un factor de riesgo preponderante. De acuerdo con la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición 2012 (ENSANUT), la hipertensión afecta a 3 de cada 10 adultos mexicanos, es decir, su prevalencia es de 31.5% y es más alta en adultos con obesidad y/o  diabetes.

La referida encuesta revela además que de los adultos con hipertensión diagnosticada por un médico, sólo el 73.6 % reciben tratamiento farmacológico y menos de la mitad de estos tienen la enfermedad bajo control. Sin embargo, hay una cifra aún más preocupante, pues del 100% de adultos hipertensos 47.3% desconoce padecer esta condición. Es decir, es una enfermedad silenciosa que rara vez produce síntomas en las primeras etapas y en muchos casos no se diagnostica. Si no se controla, la hipertensión puede provocar infartos de miocardio, accidentes cerebrovasculares, insuficiencia renal, ceguera, deterioro cognitivo, entre otros padecimientos.




Por ello, la importancia de promover entre los sectores público, privado y social aquellas acciones que fomenten la prevención, el diagnóstico y el control de este padecimiento, y de las enfermedades cardiovasculares en general. Diagnosticar y tratar a tiempo estas enfermedades nos permitirán disminuir los índices de morbilidad y mortalidad entre los mexicanos, así como algunos tipos de discapacidad, problemas familiares por falta de ingresos, impactos negativos en las finanzas del sistema de salud y baja productividad económica.

Respecto del impacto económico que estas enfermedades generan, la OMS prevé que durante el periodo 2011-2025 la pérdida acumulada de producción asociada con las enfermedades no transmisibles en los países de ingresos bajos y medianos será de 7 mil 028 billones de dólares. La pérdida anual de aproximadamente 5 mil millones de dólares a causa de las principales enfermedades no transmisibles representa alrededor del 4% del producto interno bruto en esos países. Las enfermedades cardiovasculares, entre ellas la hipertensión, son motivo de casi la mitad del costo.

En México una fracción muy importante del presupuesto  económico destinado al sector salud es, sin duda, principalmente absorbido por las enfermedades crónicas esenciales en el adulto y sus complicaciones  (aterotrombosis, cardiopatía hipertensiva, cardiopatía aterosclerosa o isquémica, diabetes, obesidad, insuficiencia renal crónica, insuficiencia cardiaca, ceguera, amputaciones, trastornos neuropsiquiátricos degenerativos, enfermedad pulmonar obstructiva crónica, enfermedad vascular cerebral entre otros). El costo de su atención es sumamente elevado y se trata  de padecimientos controlables por lo que requieren de atención médica y tratamiento farmacológico de por vida. 




Por ello, en el marco de la conmemoración del Día Mundial de la Hipertensión Arterial, esta iniciativa tiene por objeto que desde el ámbito de la educación para la salud se impulsen aquellas actitudes, valores y conductas que permitan a los mexicanos y mexicanas prevenir, diagnosticar y controlar las enfermedades cardiovasculares.

La Dirección General de Servicios Médicos de la UNAM, define a la educación para la salud como un proceso que aborda no solamente la transmisión de la información en salud, sino también el fomento de la motivación, las habilidades personales y el autoestima necesarios para adoptar medidas destinadas a mejorar la salud, en ello se incluye la información que se refiere a los factores de riesgo y comportamientos de riesgo.
                                                                 
Actualmente, la Ley General de Salud contempla como uno de los objetivos de la educación para la salud el de orientar y capacitar a la población preferentemente en materia de nutrición, salud mental, salud bucal, educación sexual, planificación familiar, cuidados paliativos, riesgos de automedicación, prevención de farmacodependencia, salud ocupacional, salud visual, salud auditiva, uso adecuado de los servicios de salud, prevención de accidentes, prevención de la discapacidad y rehabilitación de las personas con discapacidad y detección oportuna de enfermedades.

Sin duda, todos estos rubros de la salud son sumamente importantes pues comprenden la mayor parte de los padecimientos que aquejan a la sociedad mexicana. Sin embargo, las cifras antes expuestas sobre la prevalencia, incidencia y complicaciones de las enfermedades cardiovasculares demuestran que la Ley General de Salud está haciendo una gran omisión respecto del ámbito que debe comprender la educación para la salud.


Al incluir la prevención, diagnóstico y control de enfermedades cardiovasculares dentro de los objetivos de la educación para la salud, se propiciará la formulación y desarrollo de  programas en los que se difundan los factores de riesgo, metas de salud de los pacientes, conocimiento de las enfermedades, sus complicaciones discapacitantes y fatales, la importancia de un diagnóstico oportuno y lo indispensable de su adecuado tratamiento, así como la forma de retrasar o prevenir estos males desde edades tempranas.

A través de la educación para la salud enfocada a enfermedades cardiovasculares podremos promover la colaboración de múltiples interesados, gobierno, sociedad civil, instituciones académicas y la industria de alimentos y bebidas para retrasar, prevenir y controlar estos padecimientos.

Podremos difundir y orientar a la población sobre los estilos de vida que disminuyan la probabilidad de la incidencia de hipertensión, y consecuentemente de enfermedades cardiovasculares, por ejemplo: desincentivar el tabaquismo, mantener una dieta con bajo contenido de grasas, sodio y alcohol, promover la práctica constante de actividad física moderada; incentivar la reformulación de alimentos industrializados para mejorar su perfil nutricional.

También podremos incentivar a todos los adultos a medirse la presión arterial y averiguar si un familiar cercano ha padecido o padece hipertensión, porque este factor puede aumentar el riesgo. Asimismo contribuiremos a que la hipertensión se trate desde el primer nivel de atención a fin de que sea asequible y sostenible.

En síntesis, estaremos en posibilidad de emprender todas aquellas acciones que nos permitan disminuir la incidencia de las enfermedades cardiovasculares, sus consecuencias mortales, y el impacto que tienen en las familias y el desarrollo del país en general.


Por lo anterior, y convencida de que las enfermedades cardiovasculares representan un problema de salud pública de gran magnitud que requiere de una mayor atención y participación de todos los sectores de la sociedad, presento para el correspondiente análisis, estudio, consideración y, aprobación, en su caso, la siguiente iniciativa con proyecto de:


DECRETO

ÚNICO.- Se modifica la fracción III del Artículo 112 de la Ley General de Salud, para quedar como sigue:



Artículo 112.
I.y II. …

III. Orientar y capacitar a la población preferentemente en materia de prevención, diagnóstico y control de enfermedades cardiovasculares, nutrición, salud mental, salud bucal, educación sexual, planificación familiar, cuidados paliativos, riesgos de automedicación, prevención de farmacodependencia, salud ocupacional, salud visual, salud auditiva, uso adecuado de los servicios de salud, prevención de accidentes, prevención de la discapacidad y rehabilitación de las personas con discapacidad y detección oportuna de enfermedades.
TRANSITORIO

ÚNICO. El presente decreto entrará en vigor al día siguiente al de su publicación en el Diario Oficial de la Federación.

Salón de Sesiones de la Comisión Permanente del Honorable Congreso de la Unión  a 21 de mayo de 2014.


SENADORA HILDA ESTHELA FLORES ESCALERA


[1]Organización Panamericana de la Salud. Consultable en: http://www.paho.org/mex/index.php?option=com_content&view=category&sectionid=96&id=809&Itemid=338
[2] Información General sobre Hipertensión en el Mundo. Día Mundial de la Salud 2013. Organización Mundial de la Salud, 2013. 


ASPECTOS RELEVANTES


México, D.F. a 21 de mayo de 2014



·       El día de hoy la Senadora Hilda Flores Escalera presentó ante la Comisión Permanente una iniciativa de reforma a la Ley General de Salud, a fin de incluir como un objetivo de la educación para la salud el orientar y capacitar a la población preferentemente en materia de prevención, diagnóstico y control de enfermedades cardiovasculares.
·      Con esta iniciativa se propiciará la formulación y desarrollo de  programas en los que se difundan los factores de riesgo, las complicaciones discapacitantes y fatales, la importancia de un diagnóstico oportuno y lo indispensable de su adecuado tratamiento, así como la forma de retrasar o prevenir las enfermedades cardiovasculares desde edades tempranas.

·      A través de la educación para la salud enfocada a enfermedades cardiovasculares podremos promover la colaboración de múltiples interesados, gobierno, sociedad civil, instituciones académicas y la industria de alimentos y bebidas para retrasar, prevenir y controlar estos padecimientos.

·      La Organización Mundial de la Salud (OMS) reporta que en el mundo las enfermedades cardiovasculares son responsables de aproximadamente 17 millones de muertes por año, casi un tercio del total. Entre ellas, las complicaciones de la hipertensión causan anualmente 9.4 millones de muertes.


·      En México representan la primera causa de muerte, cómo lo reportó el INEGI en el año 2012, donde se reportaron un total de 602 mil 354 muertes, de las cuales  144 mil 798 defunciones fueron a consecuencia de una enfermedad circulatoria.

·      Dentro de las enfermedades cardiovasculares, la hipertensión es un factor de riesgo preponderante. De acuerdo con la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición 2012 (ENSANUT), la hipertensión afecta a 3 de cada 10 adultos mexicanos, es decir, su prevalencia es de 31.5% y es más alta en adultos con obesidad y/o  diabetes.

·      La referida encuesta revela además que de los adultos con hipertensión diagnosticada por un médico, sólo el 73.6 % reciben tratamiento farmacológico y menos de la mitad de estos tienen la enfermedad bajo control. Sin embargo, hay una cifra aún más preocupante, pues del 100% de adultos hipertensos 47.3% desconoce padecer esta condición. Es decir, es una enfermedad silenciosa que rara vez produce síntomas en las primeras etapas y en muchos casos no se diagnostica. Si no se controla, la hipertensión puede provocar infartos de miocardio, accidentes cerebrovasculares, insuficiencia renal, ceguera, deterioro cognitivo, entre otros padecimientos.

·      Por ello, la importancia de promover entre los sectores público, privado y social aquellas acciones que fomenten la prevención, el diagnóstico y el control de este padecimiento, y de las enfermedades cardiovasculares en general. Diagnosticar y tratar a tiempo estas enfermedades nos permitirán disminuir los índices de morbilidad y mortalidad entre los mexicanos, así como algunos tipos de discapacidad, problemas familiares por falta de ingresos, impactos negativos en las finanzas del sistema de salud y baja productividad económica.

 

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