martes, 25 de junio de 2013

Jesús Garza Arocha (†)

Homenaje: 

(Palabras  en la institución de la Presea Jesús Garza Arocha)
La Fundación del Museo del Desierto, y su familia me ha permitido ser parte de este sentido homenaje a Don Jesús Garza Arocha, a nuestro querido amigo y colega. Me he sentido muy honrada de esta oportunidad, aunque sea por este medio electrónico, por la gran humanidad del personaje que estamos homenajeando: NUESTRO QUERIDO CHARRO.

Y así, recordé las largas horas compartidas con El Charro mientras fue nuestro guía en materia de Turismo de nuestro estado. Quien mejor que él, quien ha dedicado más de 60 años de su vida a promover por su cuenta, las bellezas naturales de montaña, bosque  y desierto, que tiene Coahuila. Y la tarea que al principio me pareció tan difícil, comenzó a hacerse  más transparente.

Jesús Garza Arocha, es un hombre como lo describen quienes lo conocen: íntegro, sencillo, humano, servicial, humilde, firme, flexible y cariñoso. Sus amigos le dicen “Charro”. Los no tanto, paradojalmente, "Don Jesús". Él, trata a todos por igual. Su sonrisa rompe los hielos más duros. Dotado de un natural instinto, resuelve  difíciles conflictos con una sencillez pasmosa. Nunca le interesó el poder, pero cuando lo detentó, lo hizo con maestría. Su principal característica como jefe fue la conformación de equipos de trabajo con proyectos autónomos, que él estimulaba permanentemente.Durante su etapa laboral le gustó delegar, y apoyar firmemente a sus equipos. 

Como para él lo principal siempre han sido las personas, se preocupa y esmera por inventar muchas ocasiones de encuentro social en las que se generan fuertes lazos de amistad y compromiso.

En nuestro caso, no era infrecuente dedicarle tiempo afinando algún proyecto de turismo  que debíamos presentar a las entonces escépticas autoridades. Sabe llegar a todos, acompañando en momentos de dificultad, y apoyando cuando es necesario. Surgen, ahora  innumerables relatos de personas que recibieron su cariñoso consejo y ayuda de manera desinteresada.

Pero hay una faceta que es la que se me hace más patente cuando lo recuerdo (y es compartida por todos sus amigos): Su gran gusto por la música y la cocina y un sentido del humor exquisito. Las reuniones de trabajo eran interrumpidas frecuentemente por bromas y carcajadas. Se trabajaba bajo gran tensión, pero en un ambiente muy alegre. Así es don  Jesús Garza Arocha.

Ahora, si me permiten, en nombre de todos quienes lo conocemos. Gracias Charro, por su amistad, por su cariñosa compañía, por ayudarnos a ser mejores personas, por su fe, por dejarnos un recuerdo tan limpio, por su sonrisa amplia y transparente, por su risa fácil e inteligente, por sus relatos, por su trabajo, por creer en mí como persona de trabajo y disciplina. Por su confianza  y su constante apoyo y estímulo para enfrentar cualquier reto.


Reconozco al Museo del Desierto y su Fundación, por esta acertadísima decisión de instituir esta Presea, sin duda, muy merecida. Será un gran reto para quien en lo sucesivo reciban  este galardón. Son unos zapatos muy difíciles de llenar.


Gracias. Hasta siempre Charro, DON JESÚS GARZA AROCHA.
Gracias por todo y por el honor de su amistad.

Su amiga   HILDA FLORES ESCALERA.

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