SEN. RAÚL CERVANTES ANDRADE
PRESIDENTE DE LA MESA DIRECTIVA
DE LA
COMISIÓN PERMANENTE DEL
H.
CONGRESO DE LA UNIÓN
P R E S E N T E
HILDA ESTHELA
FLORES ESCALERA, integrante del Grupo Parlamentario del Partido
Revolucionario Institucional en la LXII Legislatura, con fundamento en lo
dispuesto en los artículos 71, fracción II, de la Constitución Política de los
Estados Unidos Mexicanos; 8, numeral 1 fracción I y 164, numeral 2 del
Reglamento del Senado de la República, presento ante esta Soberanía, una
iniciativa con proyecto de decreto para modificar la fracción III del artículo 112
de la Ley General de Salud, en materia de educación para la salud para la
detección y control de enfermedades cardiovasculares, al tenor de la siguiente:
EXPOSICIÓN DE MOTIVOS
Las enfermedades cardiovasculares pueden describirse de forma general
como afecciones del aparato circulatorio, destacando de entre ellas la
enfermedad isquémica del corazón, la enfermedad cerebrovascular y la enfermedad
hipertensiva entre otras.[1] Estos padecimientos son
importantes causas de discapacidad, morbilidad y muerte prematuras, además de
impactar considerablemente en las finanzas de las naciones, pacientes y de sus
familias.
La Organización
Mundial de la Salud (OMS) reporta que en el mundo las enfermedades
cardiovasculares son responsables de aproximadamente 17 millones de muertes por
año, casi un tercio del total. Entre ellas, las complicaciones de la
hipertensión causan anualmente 9.4 millones de muertes.[2]
En México representan la primera causa de
muerte, cómo lo reportó el INEGI en el año 2012, donde se reportaron un total
de 602 mil 354 muertes, de las cuales 144 mil 798 defunciones fueron a consecuencia
de una enfermedad circulatoria (clasificación CIE10).
Dentro de las enfermedades cardiovasculares, la hipertensión es un
factor de riesgo preponderante. De acuerdo con la Encuesta Nacional de Salud y
Nutrición 2012 (ENSANUT), la hipertensión afecta a 3 de cada 10 adultos
mexicanos, es decir, su prevalencia es de 31.5% y es más alta en adultos con
obesidad y/o diabetes.
La
referida encuesta revela además que de los adultos con hipertensión
diagnosticada por un médico, sólo el 73.6 % reciben tratamiento farmacológico y
menos de la mitad de estos tienen la enfermedad bajo control. Sin embargo, hay
una cifra aún más preocupante, pues del 100% de adultos hipertensos 47.3%
desconoce padecer esta condición. Es decir, es una enfermedad silenciosa que rara vez produce síntomas en las primeras etapas y
en muchos casos no se diagnostica. Si no se controla, la hipertensión puede
provocar infartos de miocardio, accidentes cerebrovasculares, insuficiencia
renal, ceguera, deterioro cognitivo, entre otros padecimientos.
Por ello, la importancia de promover entre los sectores
público, privado y social aquellas acciones que fomenten la prevención, el diagnóstico y el control de este
padecimiento, y de las enfermedades cardiovasculares en general. Diagnosticar y
tratar a tiempo estas enfermedades nos permitirán disminuir los índices de
morbilidad y mortalidad entre los mexicanos, así como algunos tipos de
discapacidad, problemas familiares por falta de ingresos, impactos negativos en
las finanzas del sistema de salud y baja productividad económica.
Respecto
del impacto económico que estas enfermedades generan, la OMS prevé que durante el periodo 2011-2025 la pérdida acumulada de
producción asociada con las enfermedades no transmisibles en los países de
ingresos bajos y medianos será de 7 mil 028 billones de dólares. La pérdida anual
de aproximadamente 5 mil millones de dólares a causa de las principales
enfermedades no transmisibles representa alrededor del 4% del producto interno
bruto en esos países. Las enfermedades cardiovasculares, entre ellas la
hipertensión, son motivo de casi la mitad del costo.
En México una fracción muy importante del presupuesto económico destinado al sector salud es, sin
duda, principalmente absorbido por las enfermedades crónicas esenciales en el
adulto y sus complicaciones
(aterotrombosis, cardiopatía hipertensiva, cardiopatía aterosclerosa o
isquémica, diabetes, obesidad, insuficiencia renal crónica, insuficiencia
cardiaca, ceguera, amputaciones, trastornos neuropsiquiátricos degenerativos,
enfermedad pulmonar obstructiva crónica, enfermedad vascular cerebral entre
otros). El costo de su atención es sumamente elevado y se trata de padecimientos controlables por lo que
requieren de atención médica y tratamiento farmacológico de por vida.
Por ello, en el marco de la conmemoración del Día Mundial de la
Hipertensión Arterial, esta iniciativa tiene por objeto que desde el ámbito de
la educación para la salud se impulsen aquellas actitudes, valores y conductas
que permitan a los mexicanos y mexicanas prevenir, diagnosticar y controlar las
enfermedades cardiovasculares.
La Dirección
General de Servicios Médicos de la UNAM, define a la educación para la salud como un proceso
que aborda no solamente la transmisión de la información en salud, sino también
el fomento de la motivación, las habilidades personales y el autoestima necesarios
para adoptar medidas destinadas a mejorar la salud,
en ello se incluye la información que se refiere a los factores de riesgo y comportamientos de riesgo.
Actualmente, la
Ley General de Salud contempla como uno de los objetivos de la educación para
la salud el de orientar y capacitar a la población preferentemente en materia de
nutrición, salud mental, salud bucal, educación sexual, planificación familiar,
cuidados paliativos, riesgos de automedicación, prevención de farmacodependencia,
salud ocupacional, salud visual, salud auditiva, uso adecuado de los servicios
de salud, prevención de accidentes, prevención de la discapacidad y
rehabilitación de las personas con discapacidad y detección oportuna de
enfermedades.
Sin duda, todos estos
rubros de la salud son sumamente importantes pues comprenden la mayor parte de
los padecimientos que aquejan a la sociedad mexicana. Sin embargo, las cifras
antes expuestas sobre la prevalencia, incidencia y complicaciones de las
enfermedades cardiovasculares demuestran que la Ley General de Salud está
haciendo una gran omisión respecto del ámbito que debe comprender la educación
para la salud.
Al incluir la
prevención, diagnóstico y control de enfermedades cardiovasculares dentro de
los objetivos de la educación para la salud, se propiciará la formulación y desarrollo de
programas en los que se difundan los factores de riesgo, metas de salud
de los pacientes, conocimiento de las enfermedades, sus complicaciones
discapacitantes y fatales, la importancia de un diagnóstico oportuno y lo
indispensable de su adecuado tratamiento, así como la forma de retrasar o
prevenir estos males desde edades tempranas.
A través de la educación para la salud enfocada a enfermedades
cardiovasculares podremos promover la colaboración
de múltiples interesados, gobierno, sociedad civil, instituciones académicas y
la industria de alimentos y bebidas para retrasar, prevenir y controlar estos
padecimientos.
Podremos difundir y orientar a la población sobre los estilos de vida
que disminuyan la probabilidad de la incidencia de hipertensión, y
consecuentemente de enfermedades cardiovasculares, por ejemplo: desincentivar
el tabaquismo, mantener una dieta con bajo contenido de grasas, sodio y
alcohol, promover la práctica constante de actividad física moderada;
incentivar la reformulación de alimentos industrializados para mejorar su
perfil nutricional.
También podremos incentivar a todos los adultos a medirse la presión
arterial y averiguar si un familiar cercano ha
padecido o padece hipertensión, porque este factor puede aumentar el riesgo. Asimismo
contribuiremos a que la hipertensión se trate desde el primer nivel de atención
a fin de que sea asequible y sostenible.
En síntesis, estaremos en posibilidad de emprender
todas aquellas acciones que nos permitan disminuir la incidencia de las
enfermedades cardiovasculares, sus consecuencias mortales, y el impacto que
tienen en las familias y el desarrollo del país en general.
Por lo anterior, y convencida de que las enfermedades
cardiovasculares representan un problema de salud pública de gran magnitud que requiere de una mayor atención y participación de
todos los sectores de la sociedad, presento para el
correspondiente análisis, estudio, consideración y, aprobación, en su caso, la
siguiente iniciativa con proyecto de:
DECRETO
ÚNICO.- Se modifica la fracción III del
Artículo 112 de la Ley General de Salud, para quedar como sigue:
Artículo 112. …
I.y II. …
III. Orientar y
capacitar a la población preferentemente en materia de prevención, diagnóstico y control de enfermedades cardiovasculares,
nutrición, salud mental, salud bucal, educación sexual, planificación familiar,
cuidados paliativos, riesgos de automedicación, prevención de
farmacodependencia, salud ocupacional, salud visual, salud auditiva, uso
adecuado de los servicios de salud, prevención de accidentes, prevención de la
discapacidad y rehabilitación de las personas con discapacidad y detección oportuna
de enfermedades.
TRANSITORIO
ÚNICO. El presente decreto entrará en vigor al día siguiente al de su
publicación en el Diario Oficial de la Federación.
Salón de Sesiones de la
Comisión Permanente del Honorable Congreso de la Unión a 21 de mayo de 2014.
SENADORA HILDA ESTHELA FLORES ESCALERA
[1]Organización
Panamericana de la Salud. Consultable en:
http://www.paho.org/mex/index.php?option=com_content&view=category§ionid=96&id=809&Itemid=338
[2] Información
General sobre Hipertensión en el Mundo. Día Mundial de la Salud 2013.
Organización Mundial de la Salud, 2013.
ASPECTOS RELEVANTES
México, D.F. a 21 de mayo de 2014
·
El día de hoy la Senadora Hilda Flores Escalera presentó ante la Comisión
Permanente una iniciativa de reforma a la Ley General de Salud, a fin de
incluir como un objetivo de la educación para la salud el orientar y
capacitar a la población preferentemente en materia de prevención, diagnóstico y control de enfermedades cardiovasculares.
·
Con esta iniciativa se propiciará la formulación y desarrollo de
programas en los que se difundan los factores de riesgo, las
complicaciones discapacitantes y fatales, la importancia de un diagnóstico
oportuno y lo indispensable de su adecuado tratamiento, así como la forma de
retrasar o prevenir las enfermedades cardiovasculares desde edades tempranas.
·
A través de la
educación para la salud enfocada a enfermedades cardiovasculares podremos promover la colaboración de
múltiples interesados, gobierno, sociedad civil, instituciones académicas y la
industria de alimentos y bebidas para retrasar, prevenir y controlar estos
padecimientos.
· La Organización Mundial de la Salud (OMS) reporta
que en el mundo las enfermedades cardiovasculares son responsables de
aproximadamente 17 millones de muertes por año, casi un tercio del total. Entre
ellas, las complicaciones de la hipertensión causan anualmente 9.4 millones de
muertes.
·
En México
representan la primera causa de muerte, cómo lo reportó el INEGI en el año
2012, donde se reportaron un total de 602 mil 354 muertes, de las cuales 144 mil 798 defunciones fueron a consecuencia
de una enfermedad circulatoria.
·
Dentro de las
enfermedades cardiovasculares, la hipertensión es un factor de riesgo
preponderante. De acuerdo con la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición 2012
(ENSANUT), la hipertensión afecta a 3 de cada 10 adultos mexicanos, es decir, su
prevalencia es de 31.5% y es más alta en adultos con obesidad y/o diabetes.
·
La referida
encuesta revela además que de los adultos con hipertensión diagnosticada por un
médico, sólo el 73.6 % reciben tratamiento farmacológico y menos de la mitad de
estos tienen la enfermedad bajo control. Sin embargo, hay una cifra aún más
preocupante, pues del 100% de adultos hipertensos 47.3% desconoce padecer esta
condición. Es decir, es una enfermedad silenciosa que rara vez produce síntomas en las primeras etapas y en muchos casos no
se diagnostica. Si no se controla, la hipertensión puede provocar infartos de
miocardio, accidentes cerebrovasculares, insuficiencia renal, ceguera,
deterioro cognitivo, entre otros padecimientos.
·
Por
ello, la importancia de promover entre los sectores público, privado y social
aquellas acciones que fomenten la prevención,
el diagnóstico y el control de este padecimiento, y de las enfermedades
cardiovasculares en general. Diagnosticar y tratar a tiempo estas enfermedades
nos permitirán disminuir los índices de morbilidad y mortalidad entre los
mexicanos, así como algunos tipos de discapacidad, problemas familiares por
falta de ingresos, impactos negativos en las finanzas del sistema de salud y
baja productividad económica.
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