El pasado viernes
se nos adelantó en el camino nuestro querido compañero Senador Braulio Manuel
Fernández Aguirre. “Don Braulio”, como respetuosamente nos referíamos
a él la mayoría de los presentes.
Compañero y amigo,
fue persona sencilla y afable, de carácter alegre, quien siempre tenía la palma
de la mano abierta ofreciendo su amistad.
Apasionado por su
tierra, Don Braulio fue un referente del desarrollo en La Laguna. Esposo
ejemplar, padre y abuelo cariñoso, entusiasta político y próspero empresario,
sabía darse tiempo para compartir música, canciones y anécdotas con sus grandes
amigos.
Socio
fundador de la Asociación de Fomento Económico Coahuila para promover la
instalación de empresas en la Comarca Lagunera, también destacó
dentro de su comunidad por una incansable labor altruista con los Rotarios y la
Cruz Roja de Torreón.
Querido y respetado
por los hombres y mujeres del campo, siempre
que tuvo oportunidad abogó por ellos. Así lo hizo también su señor padre, del
mismo nombre y apellidos, quien fue gobernador de Coahuila hace medio siglo.
Recuerdo a mi amigo compañero de escaño como un hombre activo,
trabajador, quien no buscaba reflectores para ensalzamiento personal, sino que
procuraba el bienestar de los demás. Tenía oídos sordos ante la provocación,
evitaba confrontarse y favorecía la concordia. Nunca lo escuché decir una ofensa,
ni profesar un insulto. Era todo un caballero, un hombre cabal.
Consciente de que
la participación política es la forma de lograr los cambios, se afilió al
Partido Revolucionario
Institucional en 1960. No podría de otra manera: traía en su sangre los genes
de la política, el mismísimo ADN del priismo.
Ocupó la Presidencia del Comité Directivo Municipal
de Torreón, fue Delegado priista en San Juan de Sabinas, Monclova y Yucatán,
así como presidente del Comité Directivo Estatal del PRI en Coahuila.
En el
servicio público, Don Braulio se
desempeñó como Diputado Local, Presidente Municipal de Torreón y Diputado
Federal en dos ocasiones, encomiendas que supo cumplir al pie de la letra. En
esta Cámara habría hecho lo mismo; lamentablemente, nos deja a mitad del
camino.
Tuve la gran oportunidad de compartir con
él estos últimos años. Recuerdo especialmente la campaña electoral, una jornada
intensa tocando puertas, recorriendo colonias, ejidos, municipios a lo largo y
ancho del estado de Coahuila. NUNCA
desistió. Siempre listo, siempre de buen humor. Siempre dispuesto a servir. Hicimos un pacto, una alianza de trabajo conjunta
por nuestra tierra, y decidimos siempre trabajar unidos. Y así lo hicimos.
Muchas
cosas mundanas dejó de lado por su vocación, la política.
Los integrantes del
Senado extrañaremos a Don Braulio;
extrañaremos su cálido saludo por las mañanas previo a las sesiones,
extrañaremos sus acertados comentarios y sus sabios consejos. Extrañaremos también su
extraordinario sentido del humor, su picardía. Braulio nos deja como legado su ejemplo de trabajo, sus firmes
ideales y una lección de amor por la vida.
A Cristina, la esposa de Don Braulio, a sus hijas, hijos
políticos, nietos y todos sus familiares, un fraternal abrazo y nuestras más
sinceras y respetuosas condolencias.
A
todos y cada uno de las Senadoras y Senadores de todos los grupos aquí representados gracias por estar solidarios ante
esta difícil y triste situación. Gracias por la amistad que siempre le
dispensaron a nuestro compañero y amigo.
Muchas gracias Don Braulio, por las enseñanzas, las vivencias y las marcas que deja en
cada uno de nosotros. México y el Senado pierden a un gran Senador, un
excelente ser humano, Coahuila un gran político y empresario, yo pierdo a un
amigo.
Descanse en Paz, nuestro querido Don Braulio Manuel Fernández Aguirre.